Dra. en Psicoterapia

Presidenta y Fundadora de Ágape - Programas de Formación para el Desarrollo del Potencial Humano

Dra. h.c. Ciencias Holisticas. Master h.c. Drug & Alcohol Couseling. Dir. Ágape. Caracas. Terapeuta e formadora de Constelaciones Familiares, de Gestalt. Musicoterapéuta. Especialista en Pareja y Familia. Thetahealer. Certificación Internacional en Consejería Terapéutica en Drogodependencia.

NO SOY CELOSA, MI AMOR, PERO DÉJAME HACERTE UNA AUDITORÍA

En un artículo anterior definimos los celos como el eufemismo de los sentimientos de miedo y envidia. Los celos esconden un miedo enorme al abandono, al rechazo y a la posibilidad de que exista alguien mejor que uno. Esto dista mucho de lo mencionado sobre la trampa relacionada con los “celos” de quien cela y persigue al otro porque quiere terminar la relación pero no se atreve a romperla, ni se hace responsable de sus decisiones. Entonces culpa y responsabiliza al otro, y usa los celos como la excusa, como la justificación, para la ruptura de la relación.

De ninguna manera ignoramos que todos necesitamos ser amados y que como expresión de ese amor, requerimos tiempo y atención por parte de la persona amada.

Los celos son una emoción que se experimenta cuando se siente amenaza en una relación. Estar celoso es la experiencia de sentir, de querer "guardar" a la persona amada para sí. Como muestra de esto, encontramos otras acepciones de la palabra “celos”, por ejemplo: “Cuido, diligencia e interés”. Por ejemplo: "Tengo el celo de mi hogar": lo guardo. "Te guardo celosamente en mi corazón". Otra variedad es el “Sentimiento de inquietud y pesar que se tiene al saber o sospechar que la persona amada siente preferencia por otra. Tenemos una variante que es el “Recelo” que siente una persona al creer que un afecto u otro bien que disfruta o pretende, puede ser alcanzado por otro. "Dar celos": Provocar en una persona ese sentimiento fingiendo que se siente preferencia por otra.

Los celos están presentes en mayor o menor medida en todas las parejas y su génesis se deriva del miedo a perder a la persona que amamos. Estos son normales y surgen como consecuencia del amor. Y siempre en ello subyace una dinámica que se instala en la relación misma como modo de ser. Es una responsabilidad de dos. Por eso es que se puede estar provocando los celos y obtener una respuesta del otro y esto puede derivar en una violencia feroz, porque los celos tienen un ingrediente que puede ser mortal: la pasión.

Los celos fundados se basan en lo que se ve en casa, lo que son los celos en casa, en los amigos, en el entorno, y no son malos ni buenos, de vez en cuando celamos hasta a los maestros, amigos, personas que nos importan, y hay que tener claro que es si bien es cierto que todos celamos, esto no es en lo que se basa el amor.

En realidad, todos celamos porque todos necesitamos sentir que pertenecemos, que le importamos al otro, al que amamos, que somos un tesoro preciado digno de cuidar.

Negar esto es negar que el ingrediente pasional del amor necesita la seguridad de la pertenencia y el control para no desquiciarse en el intento. Hay personas que dicen no ser celosas, que lo que haga el otro es su vida y que no tiene que ver con él o con ella.

A veces puede haber una negación de los celos como una defensa, y entonces, paradójicamente atraen personas muy celosas que están allí para mostrar lo negado de sí mismo, lo que no queremos ver o simplemente está a tal grado de alienación que no lo ve, entonces alguien más se lo va a mostrar.

Las personas con esta negación no están en capacidad de asumir sus celos, son expertos en examinar al otro, hacen una auditoría del comportamiento, conteo de parejas anteriores y por qué terminaron. El tiempo que dura, características físicas y de personalidad de las personas que frecuenta o que han sido sus parejas y que son comunes en su historia de vida.

Cuando los celos son desproporcionados en intensidad, recurrentes o infundados hablamos de celos patológicos y la persona que los padece vive un enorme sufrimiento y termina destruyendo a la pareja si no se pone remedio.

En el caso de los celos infundados o patológicos, no necesita de una situación real para generarse, sino que surgen de la imaginación de la persona que cela.

Por ejemplo: la esposa sale de compras y el esposo se la imagina en un coqueteo, o con el carnicero teniendo relaciones, etc. Esto significa que a la persona se le generan ideas de infidelidad de su pareja, sin motivos reales.

Como patología, como es el caso de la celotipia, los celos son básicamente compulsivos, son definidos como aquellos celos que pueden llegar a causar problemas psicóticos y delirios.

Irene Specht