Dra. en Psicoterapia

Presidenta y Fundadora de Ágape - Programas de Formación para el Desarrollo del Potencial Humano

Dra. h.c. Ciencias Holisticas. Master h.c. Drug & Alcohol Couseling. Dir. Ágape. Caracas. Terapeuta e formadora de Constelaciones Familiares, de Gestalt. Musicoterapéuta. Especialista en Pareja y Familia. Thetahealer. Certificación Internacional en Consejería Terapéutica en Drogodependencia.

NO RESPETO A MI MADRE: ¿CUÁLES SON MIS CONSECUENCIAS?

Respeto... Palabra de gran significado y tan maltratada. En principio puedo entender el respeto como el poder estar delante sin enjuiciar. Mirar sin juicio. Desde esta perspectiva, ¿cómo podemos ponernos entonces en un lugar de irrespeto a la madre? Ella es el vehículo por el cual llegamos y recibimos la vida. Sólo por eso, ya es mucho más grande en tiempo y acción que nosotros. Es ilusión pensar que al no respetarla, por ley natural, nos quedamos sin consecuencias.

Cuando pertenecemos a una familia, entendemos que ella tiene sus dinámicas de funcionamiento. Observamos que en ella hay una energía que le es propia. Un alma que trasciende al individuo y que le da la fuerza para vivir, le da pertenencia. El alma de esta familia es aquello que une, dirige, regula los destinos de las personas conforme a normas y leyes del sistema mismo. Todo esto posee un orden que es lo que permite que el amor pueda fluir o no en la familia y es en ese orden que la madre tiene un lugar especial de respeto y honra.

Así, tanto el fracaso como el éxito que experimentamos en la vida, pueden ser el resultado de informaciones recibidas y acciones realizadas en generaciones anteriores a la nuestra, y también son la consecuencia de nuestras propias acciones, porque la vida en sí es el gran escenario que sirve al argumento del destino que vamos a vivir hasta que baje el telón.

Es claro que, entre la madre y el hijo, ella ha llegado primero. No es como el juego del huevo y la gallina.

Sin embargo, muchos hijos pueden pretender ponerse por encima de ella, entre críticas, directrices de cómo debería ser, rechazos, y muchos malos modos y descalificaciones.

Hasta en la manera de manejarse se pretenden estos hijos como más grandes, aun cuando su educación se la deban a ella. Y aunque ella no se la haya proporcionado, al final la madre, de una forma o de otra, buscó lo que creyó más conveniente o mejor para su hijo, sea este movimiento consciente o no.

Si mencionamos los resultados o consecuencias de tales faltas de respeto tenemos por ejemplo el fracaso profesional. Es fácilmente comprobable, si, por ejemplo, observamos a aquellos que han quedado en quiebra, pierden el trabajo, o tienen problemas de dinero.

Es curioso mirar como esas personas han perdido el vínculo con la madre. Parece cosa de magia, pero es muy sencillo: en todas nuestras relaciones se refleja la importancia del respeto y la honra hacia la madre.

Hay madres que realmente no respetan la vida de sus hijos. Eso es verdad. No es ningún secreto. Muchos padres se aprendieron solo un segmento del mandamiento que reza "honrarás a padre y madre y tendrás larga vida en la tierra. Pero ustedes padres no pongan en ira a sus hijos”. Es menester leer completo este pasaje si aspira aplicarlo.

Cuando juzgamos a nuestra madre nos ponemos por encima de ella.

El respeto hacia la madre no está aislado del hecho de que todos tenemos el mismo derecho a la pertenencia, y si alguien queda por fuera o excluido eso tiene como consecuencia grandes limitaciones.

En todas las relaciones existe un orden explícito o tácito de jerarquía, lo que quiere decir que cada uno en su grupo tiene un lugar determinado. Esto requiere respeto: nadie más puede ocuparlo, al igual que el hijo o la hija tampoco puede ocupar otro sitio: debe permanecer en el suyo y saber que si quiere respeto también debe respetar para que no pierda su lugar y se conserve el equilibrio en el sistema.

Sin respeto, uno está en el lugar equivocado. No importa cuál, simplemente se fracasa y eso tiene consecuencias.

Si no fuera así, todos serían ricos y tendrían éxito. Pero si alguien está en sintonía con su madre, posee un rostro lleno de luz, se le ama y tiene carisma. Y si se está en un negocio, entre los vendedores se ve de inmediato quién está en sintonía con su madre. Ahí acude la gente. Hay prosperidad. Es fácil observarlo.

¿Cómo es que el irrespeto a la madre tiene consecuencias?

Esto sucede porque esa persona no reconoce lo fundamental, que es de dónde proviene su vida: nada es superior a esto. Y si la persona se ubica por encima del origen de su propia vida, está destinado a fracasar.

El que tiene una buena relación con su madre tiene una buena relación con las figuras de autoridad y el que rechaza a su madre, generalmente rechaza al dueño, a los jefes y termina siendo despedido. No rinde, se equivoca, o no entiende, o es lento, o torpe, o rebelde y contestón, pues le falta el amor de la madre, la que da sin esperar nada a cambio. Y como no puede dar y recibir, entonces pierde el trabajo. No es capaz de mantener una relación fructífera.

Saber reconocer y respetar el lugar de cada quien en una relación, en especial el lugar de la madre, es lo que más tiene fuerza, y además es lo sano. Mantiene el orden, y tan solo eso ya es sanador. Si no logras aún esta conexión con tu madre ya es hora de buscar ayuda profesional.

Irene Specht