NO TOLERO LA NEGATIVIDAD DE MI PAREJA: ¿QUÉ PUEDO HACER?
Amor y aguante no son sinónimos en ninguna de sus formas. Muchas veces nos
encontramos con personas que no saben estar bien, que su vida se centra en un manojo de
problemas y no encuentran modo alguno de vivir de otra forma. Existe la adicción a la
infelicidad. También pueden ser personas que han sido muy descalificadas durante toda su
historia y han creído en esos mensajes recibidos como ciertos y entonces para ellos nada
les puede salir bien.
Cuando una persona tiene como forma de vida el pesimismo, el buscarle los defectos a todo,
nada les acomoda, todo les disgusta, les das un regalo y la cara no es normal, que si gastaste
mucho, que si no había de otro color, etc.,… Reclaman por todo, tienen el síndrome de
Calimero, “van al cielo y van llorando”, son como “la gata Flora: que si se les dan chilla y
si se les quitan llora”, son individuos a quienes les das TODO y TODO NO ES SUFICIENTE…
Tal vez usted sufra y se confunda, porque puede sentirse culpable y con rabia, al mismo tiempo
que en un estado de indefensión y miedo. Paralizado/a culpándose por ser injusto/a y caer en
la trampa del hacer feliz a otro.
Puede ser que en un principio usted se haya creído capaz de llenar de alegría la vida de su
pareja y salvarlo de su negatividad, creyendo que lo logrará y que va a salir ilesa. No
amigos/as esto no es así. Usted terminará lleno/a de angustia, de culpa, frustrados y en
segundo plano, porque la mala actitud de él/lla serán su prioridad y sus requerimientos, sean
problemas o no. La atención que usted requiere de su pareja, como es normal, brillará por su
ausencia. Si reclama la atención que usted necesita tal vez haga un esfuerzo por hacer algún
cambio, pero esto es temporal, se verá obligado, no quiere tener problemas con usted, no le
convence aunque lo/a ame y quiera permanecer en la relación. Entonces será usted quien pronto
volverá a sentirse del mismo modo y la relación estancada, repetitiva. Comenzará a ser quien
se moleste controlando cualquiera que sea su necesidad, acumulando quejas y reproches,
quedando de nuevo excluido/a de la pareja y la tensión casi que podrá cortarla en pedacitos.
A menos que busquen la ayuda idónea.
Este tipo de relación agota a cualquiera, y es así porque por años hemos escuchado que la
pareja es para que nos “haga felices”, o que tenemos que “hacer felices” a nuestra pareja, en
el caso de este tema. Esto es una gran mentira… Nadie tiene la capacidad de “hacernos felices
ni de hacer feliz a nadie”, nos sentimos felices o no. No vinimos al mundo con ese objetivo,
no es la razón de existir.
Por ejemplo: Vamos a una fiesta, donde el anfitrión ha organizado una cantidad de actividades
para “divertir” y “hacer felices” a sus invitados. Él no va a poder controlar el gusto o
disgusto que estas actividades nos proporcionen. Podemos tomar en cuenta la intención y
trabajo de él, pero si no se divirtió ni se sintió feliz, es asunto suyo. Siempre tiene la
opción de retirarse de la fiesta y agradecer.
Otro ejemplo lo tenemos en cuanto a la pasión. Cada quién es dueño de su pasión, es su
responsabilidad regar esa matica, en tal caso eso es lo que es o debería ser recíproco.
Cuando a usted le dicen “ya no me apasionas” es importante revisar si se ha descuidado
ciertamente, si usted ha descuidado su pasión hacia su pareja, porque cuando estamos
enamorados florecemos, pero si recibe esta información de una de esos seres que nada les
acomoda, sólo hay que entregarles su responsabilidad y preguntarle qué está haciendo el/lla
con su pasión.
Así, cada quien es dueño de su malestar, su rabia, su tristeza, su incomodidad, esto no
significa que no podamos acompañar al otro, así como nosotros necesitamos de consuelo, de
silencio con presencia, de atención cuando no nos sentimos a gusto, o simplemente tenemos
un malestar, sólo que si es crónico, se ha convertido en la negatividad cotidiana y
necesita ayuda.
Hay que tomar muy en cuenta la propuesta de buscar ayuda porque estas situaciones pueden
desencadenar en violencia psicológica manifestada en consecutivas descalificaciones y
críticas muy duras donde el sarcasmo y la ironía aparecen, por ejemplo cuando usted hace
un comentario o da su opinión, sin importar herirle. Sentir, no sólo la falta de atención,
sino angustia frente a su pareja, expuesto/a a una situación dolorosa, molesta e inmerecida
por la negatividad de su pareja le deja un vacío importante. Se hace necesario que se de
cuenta qué pasa con usted que busca este tipo de relación.
El negativismo lo expanden personas que van de mal humor, riegan malestar donde quiera,
quejas, protestas, tristeza, la falta de consideración, victimización, miedo, envidia,
comparaciones y que cuando se alejan el alivio es inminente. Entonces si no buscan ayuda
mejor alejarse porque le chuparán todo su energía y su existencia.
Identifíquelos: no se harán cargo de sí mismos y menos de usted, ellos serán lo más
importante porque demandarán todo tipo de cosas y comportamientos suyos, tendrán en su boca
la palabra “TU”. No le preguntarán cómo está usted, sólo si les interesa, son egoístas y
egocéntricos, cuando no se les complace comienzan las descalificaciones y críticas y hasta
la violencia. No saben competir sino destruyendo a otros, son incompetentes para resolver
las situaciones de la vida diaria.
¿Qué hacer? Si no van en busca de apoyo terapéutico aléjese, y si se siente entrampado en
la relación busque ayuda antes que sea muy tarde.
“La tristeza del alma puede matarte mucho más rápido que una bacteria” J. Steinbeck
Irene Specht