TU AMOR ES UN PERIÓDICO DE AYER: ¿ESTÁS SEGURA?
El amor en sí mismo es una fuerza transformadora que en nuestra vida conlleva 
                    un inicio, un desarrollo y un cierre o final, bien sea con el nacimiento, la infancia, la 
                    adolescencia, la adultez, la graduación, salir del hogar para formar el propio, despedir a 
                    los hijos, el divorcio, el rompimiento de relaciones, la muerte… 
                    
                    Es el alfarero y las relaciones son el horno de ese proceso transformador, que cuando entramos 
                    en su fuego, necesitamos tener la mejor disposición para tomar el riesgo, confiando en nuestra 
                    intuición para conectarnos con el otro, con otros que del mismo modo que nosotros traen su 
                    historia, su cultura, educación y que en ese contacto suelen resentirse como es común. 
                    
                    Digo que es común porque decirle a una persona, como dice la canción, que su “amor es un 
                    periódico de ayer, que nadie más procura ya leer” olvida la existencia de la hemeroteca de 
                    su vida, manteniéndolo de este modo más vivo que nunca en sus fueros dolorosos. 
                    
                    Resulta evidente que ese ciclo está abierto, porque hasta en el supuesto que la persona diga 
                    que lo o la quiere bien lejos y que odia a esa persona, resulta que el odio podría ser la 
                    forma de amor más perfecta que este brindándole a esa relación, ya que el mismo se forma por 
                    un gran cúmulo de situaciones que quedaron abiertas y sin resolver que han roto el contacto, 
                    la conexión. 
                    
                    Entonces el odio es una fuerza que pulsa por restablecer ese contacto a través de pleitos, 
                    reclamos, a través de los hijos y como dice una amiga mía “se caen a hijazos”, con miles de 
                    artimañas que le son características, por ejemplo escribiendo una canción como esa dedicándole 
                    a esa persona que se supone “ya es pasado” tanto tiempo e interés. 
                    
                    Siguiendo el coro de la letra de la canción, le dice cosas a esa persona, tales como: “Oye 
                    noticia que todos saben ya yo no quiero leer”, “Echa, camina, apartate de mi vera, apartate 
                    de mi lado”, “Para que voy a leer la historia de un amor que no puedo ni creer”, “Te quise, 
                    te tuve, te mantuve, pero ya no te quiero”, “En el álbum de mi vida, en una página escondida, 
                    allí te encontré”, “Analizate tu historia y así podrás comprender”… 
                    
                    Una característica que corresponde al amor es el interés que se le pone a esa persona o 
                    relación objeto de amor, es por esta razón que aquellos que se dedican a hablar, a perseguir, 
                    a menospreciar a ese ser con quien tuvieron una relación respiran a través de la herida, ¿eso 
                    no es acaso interés? 
                    
                    Muchas veces, se mantienen estos ciclos abiertos como una estrategia para no volver a 
                    comprometerse por el miedo a sufrir, al dolor, al desencanto… 
                    
                    Hay personas que pareciera que se quedaran atrapadas en el tiempo sin ningún tipo de desarrollo 
                    y experiencia, con aquello de los príncipes o princesas azules, en relaciones muertas que distan 
                    mucho de ser azules porque la verdad es que son de un morado verdoso, donde se empataron y 
                    fueron infelices para siempre, sin darse cuenta de que se murieron o simplemente de que están 
                    muertos, como “Thriller”… 
                    
                    No existen recetas ni fórmulas, cada quién puede desarrollar sus maneras de cerrar ciclos. A 
                    consecuencia de esto hay muchos fracasos, porque pautas sociales, institucionales, religiosas, 
                    matrimoniales, familiares, sexuales que permanecen arraigadas en nuestros sistemas, al no 
                    tenerlas conscientes y actualizadas hacen mella en todo lo que respecta al estar vivos. 
                    
                    Vivir el despecho, aprender a cerrar ciclos, no es algo que se nos enseñe culturalmente de 
                    manera sana. Lo que sí nos pasa es que aprendemos diversas formas de decir o no adiós, de 
                    quedarnos sempiternamente en relaciones muertas o de simplemente no despedirnos, quedando 
                    presos en gran cantidad de relaciones pasadas sin concluir, sin dar paso a nuevos aprendizajes 
                    y mucho menos a nuevas relaciones a la talla del crecimiento personal. 
                    
                    Estas formas, como se expresa en la canción, son habituales en nuestro medio, y la cultura 
                    ejerce una influencia sutil sobre las costumbres y nuestras formas de ser, rigiendo nuestra 
                    vida. Las costumbres son como que nos echaran tierra en los ojos, no podemos ver nada y si nos 
                    restragamos la vista nos podemos hacer mucho daño, sólo hasta que nos enjuagamos con agua 
                    limpia junto con las lágrimas podemos mirar lo que ha representado en su natural cicatrización 
                    mientras que sus efectos se dejan de sentir. Entonces poder mirar claro percibiendo las 
                    novedades que ambiente nos brinda en toda su expresión. 
                    
                    Abrir y cerrar ciclos es parte de la vida, podemos sufrirlo o disfrutarlo, o ambas inclusive. 
                    
                    A los adioses inconclusos en las parejas se les llama “Despecho” y es tan humano que se ha 
                    escrito mucho sobre él, se han hecho canciones en todos los estilos y épocas. Obras teatrales, 
                    operas, películas, obras literarias completas dedicadas a este compañero de la historia del 
                    hombre… Por tanto posee mucho para contarnos de su experiencia… 
                    
                    Aprender a cerrar ciclos para abrir mejor es tan importante como la vida, de sus matices, para 
                    no caer en frustraciones neuróticas… He visto como cada vez hay más personas que trabajan por 
                    quitarse la tierra de los ojos y mirar con mayor con claridad, para así no hacer ni hacerse 
                    daño y poder amar honestamente. 
                    
                    Tomar conciencia de esto sabiendo que no hay respuestas fijas sino una disposición al riesgo 
                    de ganar o perder en cada episodio de contacto de sus vidas puede ser la respuesta. Al menos 
                    trayendo esto a la conciencia sería un inicio en el aprendizaje de cerrar ciclos para abrí 
                    muchísimo mejor otros de manera más sana y natural. 
                    
                    Tomar la vida propia en nuestras manos es la misión y vivirla es la función… 
                    
                    “Analízate tu historia y así podrás comprender”. (“Periódico de Ayer”, Tite Curet Alonso) 
                    
                    “El olvido es una forma de libertad”. KHALIL GIBRAN 
                    
                    Irene Specht