Dra. en Psicoterapia

Presidenta y Fundadora de Ágape - Programas de Formación para el Desarrollo del Potencial Humano

Dra. h.c. Ciencias Holisticas. Master h.c. Drug & Alcohol Couseling. Dir. Ágape. Caracas. Terapeuta e formadora de Constelaciones Familiares, de Gestalt. Musicoterapéuta. Especialista en Pareja y Familia. Thetahealer. Certificación Internacional en Consejería Terapéutica en Drogodependencia.

NO ES MI MARIDO SINO MI RIVAL: COMPITO CON ÉL EN TODO

Ni mejor ni peor. Diferente. Cuando nos relacionamos sólo desde nuestras carencias y no desde nuestras potencialidades, llegamos a las relaciones en una total desventaja y cuando de relación de pareja se trata, el mal es mucho más sobresaliente, ni hablar cuando ambos integrantes sufren del mismo mal. “Para competir se necesitan dos”.

Donde existe la carencia de amor por sí mismo, compartir en pareja es un tormento, ya que es como vivir acompañados en un desierto y en lo que cae una gota de agua “no se comparte" y comienza la lucha de poder…

En estas circunstancias, el valor de las personas pareciera desaparecer, no pueden apreciarse por quienes son.

En lugar de compartir, comienzan a competir por ideas equivocadas sobre sí mismos, valores que no les pertenecen, argumentos interminables que provienen del exterior: “en el libro tal dice…”, “porque fulanito opina que…”, “porque vi en un video tal”…, y cualquier camino que los lleve a crear una pareja eficiente no se logra porque al comenzar a competir dejan de ser competentes.

Una historia de carencias hace merma en la valoración personal de quien las vive. Esto trae como consecuencias en la persona una baja autoestima:

A.- Que esté buscando reconocimientos constantes a todo nivel, entonces, la pareja debe estar reforzando continuamente lo “grande e importante” que es este ser.

B.- Son personas que viven insatisfechas como resultante del tamaño del vacío de sus carencias. Cuando las personas que debieron protegerles, acompañarles en su crecimiento no estuvieron presentes, o no estaban disponibles para ellos aprendieron en su experiencia de sí un principio de escasez hacia la vida, de no merecer y la expresión de esto es una autocrítica y descalificación hacia los demás exacerbada combinada con una actitud negativa hacia cualquier cosa o relación que pueda enriquecerle. Es como vivir en cacería de defectos para demostrar ser mejor…

C.- Al no sentirse merecedores, se privan de todo oponiéndose al placer de disfrutar las cosas que trae la vida. Aprendieron que a ellos no les corresponde y la mirada hacia los que disfrutan es de despilfarro.

D.- Son poseedores de una enorme tendencia al perfeccionismo, lo que los conduce a la parálisis, la inacción, ya que con tanta exigencia la necesidad se esconde y con ella la motivación, y en su lugar aparecen la culpa, las exigencias, etc . Entonces mejor jugar a descalificar al otro, o que él otro sea responsable.

E.- Pierden la capacidad de ver las cosas buenas y/o valiosas que tienen y todo va colocado en el mismo saco, y medido con la misma vara.

Con todo esto, ya no es estar en pareja, no es “con”, sino “contra”… Lejos de tener encuentro de pareja, construyendo, creando valores y criterios concernientes a la misma, la unión se da por mera atracción física, el uso para la satisfacción de necesidades, posesión, estatus. Pero no es amor, no es amarse, porque su compromiso es con la carencia que tiene su expresión en competir, comparar, descalificar, excluir, una pésima comunicación, entre muchas otras formas de relaciones destructivas que buscan el galardón en la lucha de “poder” donde se pierde la autoridad del que transciende sus vacios, carencias y se reconcilia con la vida.

Una pareja es un mundo, dos seres que deciden construir para estar juntos por un tiempo determinado, lleno de vivencias que matizan la experiencia de ser pareja entre sus historias combinadas, evolución, cambios, dolores, desencuentros y encuentros… Y pare de contar… Implica respeto, consideración, entrega, agradecimiento y admiración por ese ser que nos acompaña…

Es importante señalar que la rivalidad pudiera ser lo que mantiene viva la relación de determinadas parejas como su dinámica de funcionamiento. En este caso habría que revisar con dichas parejas. Tal vez para ellos sea la llave de la felicidad. Lo que es cierto, es que si se tiene la energía para pelear, aún podría hacerse algo y recanalizarla en beneficio de la pareja misma.

Conviene revisar estas rivalidades y luchas de poder con características de violencia tanto física como psicológica, control sobre los recursos económicos, obligaciones sociales y justificativos que menoscaben la autoestima y valoración del otro. En ese caso busque ayuda lo más rápido que pueda.

Irene Specht